Lea las opiniones de Carl D'Aquino y Francine Monaco:
Carl D'Aquino y su socia comercial Francine Monaco, del galardonado estudio de diseño D'Aquino Monaco, hablan sobre el arte y el ritual de comer desde la casa de campo de D'Aquino en el norte del estado de Nueva York.
"Creo que no existe mayor honor en la vida que ser invitado a la casa de alguien para cenar, almorzar o desayunar", comparte Monaco, abriendo la conversación sobre comer en su propio comedor.
"La naturaleza de la forma en que exhibe los platos en las paredes, la mesa maravillosa que adorna el centro de la habitación, la fantástica araña, todo crea un espacio magnífico, maravilloso y digno de celebración para disfrutar de la comida. Pero también se utiliza de muchas otras formas en la vida".
"En mi opinión, tratar de que un espacio tenga más de una función es lo ideal", explica. "Hay que considerar lo que sucederá en esa habitación a lo largo de los años".
"Además, hay que tener en cuenta que no solo hay comedores, hay espacios para comer, hay rincones para desayunar, hay encimeras de cocina, hay islas. Hay tantas maneras en que uno puede participar en el ritual de comer".
De hecho, mientras se preparaba para la cena esa noche, al diseñador se le ocurrió que sería muy divertido tener una velada elegante en una mesa de linóleo que había conseguido en la ciudad de Hudson, a orillas del río Hudson, hace varios años.
Cómo reinventar los espacios para comer
La conversación continúa a lo largo de un camino de grava hasta un edificio que fue un establo en funcionamiento en los inicios de la historia de la propiedad.
"El establo está hecho de madera de castaño americano. Está todo tallado a mano. Es un lugar maravilloso. Quitamos el techo y tenemos estas hermosas arañas. ¿Acaso no sería bueno que todos los establos tuvieran buenas arañas para sus caballos?" D'Aquino bromea. "Pintamos todo el interior del establo solo para agregar algo de brillo y luz". El resultado es un entorno campestre sofisticado, lo suficientemente elegante para cualquier brunch, velada o celebración, al mismo tiempo que ofrece todas las posibilidades divertidas de comer en un establo".
"Lo que realmente queremos fomentar", agregó Mónaco, "es que la gente se tome el tiempo, haga una pausa, disfrute el momento de desayunar, tomar un café y usar las cosas que son parte de su vida. Use ese juego de porcelana que le dejó su abuela; use todo lo que sea parte de su vida, que forma parte de su historia personal y no las guarde solo para un momento especial. Intentamos crear lugares y espacios donde la gente vea oportunidades en la forma de utilizarlos y no sentirse necesariamente definida por ellos".